
Siempre se nos ha contado la historia errónea, se nos ha dicho que el culpable es el otro y que somos víctimas de esto y aquello, en la conquista nuestros victimarios fueron: «los criollos» supuestamente, pero, a mí me gusta verlo de otra forma, creo que es muy fácil seguir culpando al otro, culpamos: al criollo, al hombre, al rico, al gordo, al colocho etc., no tenemos que hacer ningún esfuerzo para encontrar «el malo que no dejas de querer» diría el cantante Romeo Santos.
Cuando leía el libro titulado «La Patria del Criollo» reflexioné varias cosas, si bien su autor es marxista y las ideas de Karl Marx son insulsas, a mi criterio, generalmente le encuentro un punto importante a lo que leo, en el libro de Severo Martínez se mencionan extractos que expresan cómo veía las cosas «Don» Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, que no era sólo un descendiente de conquistadores sino que era, además, un heredero de la conquista, citando el libro: [Es muy importante comprenderlo: la herencia de sangre y la herencia de poder, aunque generalmente marchaban juntas, no eran una misma cosa…Esto quiere decir que el grupo había recibido de sus antepasados, por una parte, una herencia biológica constituida por ciertas características raciales, y, por otra parte, una herencia económica y política en términos de propiedad y autoridad] (el resaltado es propio) resalté el tema de sangre porque encontré un punto que quiero explicar. Si nos detenemos a analizar, el tema de privilegios a los criollos, se reprochó. Se puede ver conforme lo narrado. Indicaban que no debería reconocerse privilegios a ninguna persona por el simple hecho de su raza europea o por ser extranjero. Ahora bien, afirmaban rechazar los privilegios de los criollos (pasado) pero, actualmente, permiten abusos de los embajadores de EEUU y Europa, les rinden pleitesía y culto, simplemente porque vienen de otro país. No le encuentro diferencia entre los conquistadores criollos y los colonizadores europeos y estadounidenses del presente, tal y como lo explica el libro citado: […A este respecto son particularmente interesantes los Anales de los Cakchiqueles pues en ellos se relatan las penalidades de un pueblo indígena que decidió, como muchos otros, aceptar la conquista __sometimiento económico__ sin pasar por la resistencia y la guerra…]. Ven, seguimos igual. Con simples amenazas de sanciones económicas por parte de EEUU y Europa nos someten y arrodillan, sin resistencia alguna les entregamos todo (ayer y hoy), seguimos siendo cobardes. Dimos oro; ellos espejos, no aprendimos. Nos esclavizaron y no aprendimos. Nos infectaron de sifilis y no aprendimos. Somos todo menos víctimas. No respetan ni el nombre de nuestra patria, le dicen: «WAREMALA» y sonreímos. Espero que un día cercano podamos dejar a un lado el traje de sirvientes de extranjero y representemos con orgullo esta patria preciosa que Dios nos dio.

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