Nueva Defensoría del Consumidor y más feminismo como prioridad para la nueva Junta Directiva del Congreso

En la primera sesión ordinaria del recién nombrado Congreso de la República se encuentran puntos muy específicos. Veamos cuáles son sus intereses:

1. Reforma de requisitos para optar al cargo de Director de INACIF.
2. Aumentos en las cuotas de montepío y pensiones de trabajadores del Estado.
3. Ley de Desarrollo Económico de las Mujeres (LEYDEM) basado en estudios del Foro Económico Mundial y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, citando la justificación de la iniciativa: «…las mujeres siguen teniendo más probabilidades de ser pobres que los hombres. El Foro Económico Mundial ha advertido que, las mayores desigualdades entre hombres y mujeres se dan en los ámbitos de la economía y la salud…La igualdad de género es fundamental para reducir la pobreza…» con esos fundamentos dicha Ley pretende dotar a las mujeres de acceso a la tierra por el simple hecho de ser mujeres, incrementando la desigualdad por razón de género y violentando el artículo 4 Constitucional que refiere que todos los guatemaltecos somos iguales en dignidad y derechos.
4. La iniciativa 5082, propone la creación de una Procuraduría de Derechos del Consumidor que eliminará a la DIACO porque dicha entidad tiene dependencia del Ministerio de Economía y no tiene autonomía funcional ni presupuestaria. Así también, incluirá el trámite en relación a quejas en servicios que no tiene competencia la DIACO como lo son las Telecomunicaciones y Otros Servicios. Dicha entidad tendrá mayor capacidad para la efectiva defensa de los consumidores y usuarios en teoría. Sin embargo, dichas entidades en otros países se han utilizado como arma para obstruir la comercialización de productos, provocando que al incrementarse la burocracia para comerciar, se incremente el costo del producto, perjudicando principalmente al consumidor final. En Argentina y México entidades similares han servido como obstáculos para el comercio, ejemplo de esto es la exigencia de formalismos burdos en etiquetar productos. Se realizan exigencias en relación a la forma de etiquetado de los productos y con ello se incrementa el costo de empaque, siendo afectado el consumidor final porque debe comprar los productos con mayor precio porque a mayor complejidad de etiquetado mayor costo y gasto, por lo que el consumidor final recibe productos de mayor costo o de calidad reducida debido a las exigencias de las distintas «defensorías» en los países.